El arte a veces se muestra excelente a la vista, con trazos y lineas integradas en el entorno, que en su perfección alegran nuestra forma de observar el mundo; el Palacio de Aranjuez es uno de esos resúmenes de lo bello, un lujo monumental para quienes se acerquen a este coqueto rincón de la comunidad de Madrid.
Se trata de un complejo palaciego construido durante el mandato de Felipe II, en unos tiempos que el Reino de España se encontraba en su máximo apogeo territorial y económico. El diseño del edificio fue encomendado al arquitecto Juan Bautista de Toledo, aunque tras la muerte de este será asignado a su discípulo Juan de Herrera, un aut´rntico artista de las líneas geométricas que será el que impregne ese cariz sobrio a todo el edificio.
El interior es un resumen de la cultura palaciega de los reyes hispánicos. Todas las salas y galerías están decoradas al detalle en una opulencia que brilla e indigna a partes iguales, algunas salas incluso imitan las formas de la Alhambra, como sucede con el conocido como Gabinete Árabe.
Aunque el Salón de los Espejos, el Gabinete de Porcelana y la Sala del Trono son las estancias más populares para el gran público, hay muchas más habitaciones que rozan la excelencia y cuyas paredes son el sustento de una exquisita colección de porcelanas, muebles y un gran número de valiosos cuadros, que convierten a Aranjuez en uno de los epicentros del arte decorativo de España.
El Real Sitio de Aranjuez, fue levantado a pies del río Tajo cuyo lento fluir envuelve a todo el conjunto.Una flota de hermosas embarcaciones de recreo constituyeron durante años la conocida Escuadra del Tajo, que sirvió durante años como capricho ocioso de los reyes de España; la colección de navíos se exhibe en el popular Museo de las Falúas Reales.
La obra expositiva se sitúa en edificio ubicado en los limites del Parque del Príncipe, una densa floresta botánica donde somos frecuentemente sorprendidos por hermosas estatuas. En este jardín el arte de Juan de Villanueva se exhibe con todo su esplendor, así el arquitecto madrileño nos regala un bello estanque con templetes de corte clásica y chinesca; lago de sueños que se complementará con las líneas neoclásicas de la conocida como Casa del Labrador, una de las obras más importantes de este estilo arquitectónico.
Separado por una cascada artificial del grueso del palacio, se encuentran los Jardines de la Isla, un espacio que seduce con un estilo propio de cargado carácter renacentista donde se observa una profusión de estatuas y fuentes, todo ello integrado en un diseño en cuadrículas que decanta armonía por todos los costados y que sirve de lugar de esparcimiento para aquellos que buscan de lugares románticos e íntimos para desconectar de la capital.
Porque así es Aranjuez es un lugar donde la cultura se integra con el paisaje, una villa que motiva y educa, un espacio para disfrutar con el acompañamiento de unas fresas con nata, tradición gastronómica de una ciudad que se saborea desde todos los sentidos.
Actualizado el 12 mayo,2016.
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